Estuve siguiendo al otro Experimento ayer a la tarde, a la distancia, para ver si podía darme cuenta de para qué servía. Pero no pude descubrirlo. Creo que es un hombre. Nunca había visto a un hombre, pero parece uno de ellos, y estoy segura de que es lo que es. Me doy cuenta de que siento más curiosidad acerca de él que respecto de cualquiera de los demás reptiles. Si es que se trata de un reptil, y supongo que sí: porque tiene el cabello desaliñado y ojos azules, y parece un reptil. No tiene caderas; se va angostando como una zanahoria; cuando está parado se estira como una grúa; por eso, creo que es un reptil aunque podría ser solo una fachada.
Le temía al principio y, cada vez que se daba vuelta, empezaba a correr, porque creía que iba a perseguirme; pero poco a poco me di cuenta de que solo trataba de escaparse, así que después de eso abandoné mi timidez y seguí sus rastros durante varias horas, unas veinte yardas atrás, lo que lo ponía nervioso e incómodo. Al final, se preocupó bastante y se subió a un árbol. Yo esperé un buen rato, luego lo abandoné y me volví a casa.
En Diarios de Adán y Eva, Mark Twain.
No hay comentarios:
Publicar un comentario