La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa está triste, la princesa está pálida.
Así dice Ruben Darío en su Sonatina, pero yo sé que la princesa no se cree tan princesa, y que si está triste y pálida, es porque anda refugiada en esas vagas ilusiones también mencionadas por el poeta. Si la princesa está triste no es por falta de príncipes (que ella no necesita), sino por falta de ilusiones más nuevas y poderosas, más absolutamente lisérgicas. ¿Y quién dice que no siente? ¿Y qué tiene que ver que esté pálida? Bah, me enojo sola yo... Si no te mando a la mierda Rubén Darío es porque me enamoré de otras letras tuyas, nomás por eso estás perdonado... Es difícil enojarse con un poeta. Es difícil alejarme de vos.
(No se puede andar encubriendo tantos nombres, que lo parió, es condenadamente difícil, poeta)
(No se puede andar encubriendo tantos nombres, que lo parió, es condenadamente difícil, poeta)
No hay comentarios:
Publicar un comentario